[ noviembre 11, 2020 by Cèlia Egea 0 Comments ]

Noviembre ’20: Cómo integrar la innovación en el ADN de la empresa

¿Todo el mundo puede participar en un proceso de innovación o solo aquellos que destacan por su creatividad y capacidad de crear soluciones?

La respuesta es sí, todos podemos. Nos lo explicaron de forma muy clara Pio Puig y Susanna Miquel en el meetup de noviembre. Basándose en la teoría de los patrones de comportamiento de Donald Clifton, los fundadores de TalentUp! nos hicieron ver que todos tenemos motivaciones intrínsecas que definen nuestras acciones y forma de relacionarnos con el entorno. Conocer cuáles son es lo que nos hará coger el rol oportuno en un proceso de innovación para poder disfrutar y aportar el máximo talento.

Clifton identificó 34 patrones de comportamiento y aunque cada uno de nosotros podemos contar con muchos a la vez, solo algunos de ellos nos definen, nos proporcionan la felicidad y dan sentido a lo que hacemos: forman parte de nuestra esencia.

Cada uno de estos comportamientos puede clasificarse en alguno de los 4 roles principales o grupos también identificados por el autor: Executing, Influencing, Relationship Building y Strategic Thinking.

“Todos tenemos un rol que nos define, por lo que todos podemos innovar.”

Los asistentes del meetup pudimos identificar de forma rápida y sencilla, gracias a una actividad propuesta por Pio y Susanna, qué roles teníamos de acuerdo a nuestras motivaciones intrínsecas. ¿Y cómo podíamos saber en qué parte del proceso de innovación encajábamos mejor?

Para verlo de forma práctica, si identificamos las fases que podría tener el proceso de innovación y distinguimos los cuatro grupos comentados anteriormente, podemos hacer las siguientes asociaciones entre fase y rol ideal:

  1. Fase: Entender el problema – Rol: Relationship Building
  2. Fase: Idear solución – Rol: Strategic thinking
  3. Fase: Prototipar – Rol: Executing
  4. Fase: Comunicar al cliente – Rol: Influencing

“Todos tenemos un rol que nos define, por lo que todos podemos innovar”, aseguraba Pio. Y es que no hay roles buenos o malos, sino que la diferencia de perfiles es lo que enriquece el proceso, hace que sea completo y permite cada uno pueda aportar su talento.

¡Todos somos innovación disruptiva!

¿Y tú, sabes cuál es tu rol? Descubre más en TalentUp!

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